
Apósitos avanzados
Aqua Block
12 ud.
Si se ha hecho una herida, es importante que la trate correctamente. La herida debe limpiarse y mantenerse húmeda y protegida.
Si se ha hecho una herida, es importante que la trate correctamente. La herida debe limpiarse y mantenerse húmeda y protegida.
En primer lugar, lávese las manos y la piel que rodea la herida para evitar que entre suciedad en ella. A continuación, limpie la herida aclarando la suciedad y las bacterias debajo de un chorro de agua tibia con un jabón suave o una solución salina, o con un líquido para limpiar heridas. Seque la piel que rodea la herida y déjela secar al aire durante unos minutos.
El siguiente paso es proteger la herida limpia de la suciedad y las bacterias con un apósito. Elija un apósito de un tamaño que permita que la almohadilla cubra toda la herida. Lo ideal es utilizar un apósito que se selle herméticamente alrededor de la almohadilla y facilite así la curación húmeda de heridas. En un entorno de cicatrización húmedo, en lugar de seco y ventilado, los procesos de curación se aceleran y se reduce el riesgo de cicatrices e infecciones.
Proteja la herida con un apósito hasta que haya sanado por completo, para permitir que cicatrice sin molestias y que esté a salvo de la contaminación exterior. Cambie el apósito por uno nuevo y limpie la herida a diario para garantizar que se cura correctamente y no está infectada (a menos que su médico le aconseje otra cosa). También debe cambiar el apósito si se ensucia o se moja. Es normal que la piel que rodea la herida esté un poco caliente e inflamada al principio, pero asegúrese de que la herida no esté infectada.
El mayor mito sobre la curación de las heridas es que hay que exponerlas al aire para que se sequen. Por eso muchas personas creen que no necesitan un apósito cuando se lastiman. No se recomienda proceder así.
La investigación médica ha demostrado que las heridas se curan con mayor rapidez en un entorno húmedo que en un entorno seco y aireado, ya que las nuevas células se forman antes en el entorno húmedo, al tiempo que se reduce el riesgo de formación de cicatrices e infecciones*. En un entorno húmedo, las células de la piel migran más deprisa, lo que hace que la sanación de la herida sea más rápida (hasta dos veces más rápida). Además, no se bloquea la cavidad de la herida cuando las células de la piel migran para cubrirla y, por tanto, se reduce el riesgo de cicatrices. Este entorno permite también unas condiciones óptimas para que las células corporales luchen contra las bacterias, por lo que se reduce el riesgo de infección.
En otras palabras, las condiciones húmedas aceleran el proceso de curación de las heridas y reducen el riesgo de formación de cicatrices e infecciones. Para que se forme el ambiente húmedo, se requiere un apósito bien cerrado que cubra la herida. Utilice un apósito con un material que se adhiera bien en todos los lados de la almohadilla y que permita una transmisión equilibrada de la humedad a través del material. Asegúrese también de que la almohadilla cubre toda la herida.
*Winter GD. Formation of the Scab and the Rate of Epithelization of Superficial Wounds in the Skin of the Young Domestic Pig. Nature 1962; 193; 293-4
Salve’s Aqua Block plasters, Aqua Cover y Antibact Cover permiten la curación húmeda de heridas, aceleran su proceso de sanación y reducen el riesgo de formación de cicatrices e infecciones. Además, son totalmente impermeables y transpirables. Antibact Cover es también antibacteriano para reducir el riesgo de infección. Estos apósitos y cubiertas son adecuados para la mayoría de las heridas y los retos más duros, por ejemplo, jugar al aire libre, hacer ejercicio, ducharse y nadar.
Durante el proceso de curación, la herida pasa por diferentes fases. He aquí una explicación simplificada de las tres fases de curación de heridas:
La fase de inflamación comienza en el mismo momento en que se produce la herida. En primer lugar, el tejido dañado se enrojece, se inflama y se vuelve sensible. Los glóbulos blancos, las células de defensa del organismo, se acumulan en la zona. Los glóbulos rojos, la fibrina y las plaquetas forman un sello sobre la herida. Esta fase continúa de dos a cuatro días.
Los glóbulos blancos comienzan a reparar el tejido dañado. Las células de la piel se dividen para poder crecer sobre el tejido dañado, mientras los nuevos vasos sanguíneos crecen dentro del nuevo tejido. Esto lleva desde unos pocos días a unas pocas semanas, en función de lo grande que sea la herida.
La fase final puede continuar durante varios meses y, en algunos casos, hasta un par de años, dependiendo del tamaño de la herida. Durante esta fase, el nuevo tejido se va fortaleciendo. Los vasos sanguíneos que ya no son necesarios desaparecen y la cicatriz se aclara.