Las grapas quirúrgicas son muy utilizadas para cerrar las incisiones después de una cirugía; es un procedimiento médico que tiene grandes beneficios y suelen ser mejor opción que las suturas convencionales.
Poner las grapas es muy sencillo, pero debe ser un profesional sanitario especializado quien las coloque. El doctor usará una pistola especial que coloca las grapas de forma rápida y eficaz. Poner este tipo de grapas podría ser visualmente muy aparatoso, pero no duele.
Este procedimiento resulta muy efectivo porque ayuda a tus vasos sanguíneos a realizar el proceso de curación de las lesiones, sobre todo en heridas mayores, dónde se debe tener un mayor control para evitar infecciones
Comprender cómo funcionan las grapas y sus pros y contras es crucial para quienes están pasando por una cirugía y quieren saber qué esperar en el proceso de curación.
Para prevenir la reapertura de una herida después de quitar las grapas, se deben seguir estos consejos:
Debes mantener la herida limpia y seca durante las primeras 48 horas después de la retirada de las grapas y debes limpiar suavemente la zona según las indicaciones médicas.
Es muy importante reducir tus actividades diarias y no hacer esfuerzos físicos como levantar objetos pesados o hacer ejercicio para dejar descansar el tejido. Es importante usar vendajes de soporte para la herida.
Para una correcta recuperación debes mantener tu herida limpia y seca para evitar infecciones y que cicatrice la lesión sin problema. Muchos doctores recomiendan el lavado de la zona con jabón y agua y dejar secar a la intemperie o bien secarla con una toalla muy limpia.
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