Cuidado de pies
Aposito Callos
6 ud.
¿Sabías que los callos en los pies son una de las molestias más frecuentes y que afecta a un 40% de la población? Esta alteración tan común puede llegar a ser muy molesta y, a veces, muy dolorosa. Desde Salvelox, sinónimo de apósito y experto en cuidado de heridas en muchos países europeos, te explicamos qué son los callos en los pies, por qué motivos se forman, cómo puedes prevenirlos y, lo más importante: cómo quitar los callos en los pies de forma fácil y efectiva. ¡No permitas que un callo estropee tu día!
La hiperqueratosis plantar, comúnmente conocida como callos o callosidades en los pies, es un engrosamiento de la epidermis (la capa más externa de la piel) producido por una acumulación de células muertas, que se forman como respuesta de nuestro cuerpo ante un exceso de presión o fricción en el pie. Afectan principalmente a la planta, los dedos y los laterales del pie.
Además de este engrosamiento de la piel, cuando padecemos callos en los pies también podemos observar:
Las causas más comunes por las que se forman callosidades en los pies son:
Cada persona apoya la planta de forma diferente al pisar. Tanto si se hunde más el pie hacia dentro (pronación), como si se inclina hacia fuera (supinación), este desequilibro en el reparto del peso en la pisada hace que ciertas zonas del pie reciban más presión que otras, por lo que se pueden formar fácilmente callos y durezas.
Los zapatos terminados en punta estrecha, así como los que llevan un tacón muy pronunciado, no son los más adecuados si queremos evitar callosidades. Los primeros encierran los dedos de los pies en un espacio muy reducido y causan una fricción repetida y constante que puede terminar en callos en los dedos. Y los segundos, hacen que toda la presión del peso corporal recaiga en la almohadilla de la planta, donde pueden formarse callosidades y durezas.
Aunque puede parecer un detalle sin importancia, no lo es. La forma en que coloquemos los calcetines (con demasiadas arrugas, pliegues, costuras…) puede favorecer la aparición de callos.
Otras patologías o molestias del pie como los pies secos y talones agrietados (la piel tiene un déficit de hidratación importante), deformidades en los dedos de los pies (dedos en garra, maza o martillo), juanetes… también propician la formación de callosidades.
A menudo llamamos “callos en los pies” a distintos tipos de alteraciones, englobando diferentes tipologías de callosidades. Generalmente distinguimos entre dos tipos de callos en los pies o hiperqueratosis plantar: la hiperqueratosis difusa (o durezas) y la hiperqueratosis localizada (helomas).
La hiperqueratosis difusa se caracteriza por ser una afección más extendida y superficial, con los bordes sin estar claramente delimitados y un color de tonalidades amarillentas (debido a la acumulación de queratina en la zona afectada).
Al ser callosidades que se producen en las capas más superficiales de la piel de los pies, no suelen causar dolor o molestia.
En cambio, en la hiperqueratosis localizada la lesión se concentra en un punto concreto, es más profunda y definida (de forma redondeada). Los helomas suelen crecer hacia dentro, hacia las capas más internas de la piel, por eso sí son dolorosos y molestos. En ocasiones no son visibles a simple vista, ya que pueden estar cubiertos por durezas.
En función de la zona afectada, la hiperqueratosis localizada o heloma se divide en:
Estos callos en la planta del pie aparecen por fricción y presión y son muy dolorosos. De hecho, también se conocen como “clavo plantar”, pues la sensación al caminar es como si pisáramos un clavo en cada pisada.
El heloma interdigital es un callo entre los dedos del pie, que se forma a causa de la fricción entre los propios dedos (es más frecuente entre el 4º y 5º). También se conoce como “ojo de gallo” u “ojo de pollo”.
Las callosidades se forman en la parte superior de los dedos de los pies, sobre todo a causa del roce del calzado. Un ejemplo muy gráfico de este tipo de alteración es el típico callo en el dedo meñique del pie.
Este tipo de callo blando entre los dedos del pie es muy doloroso, y es más frecuente entre el 4º y el 5º dedo.
Si padeces callos y/o durezas y buscas una solución rápida, práctica y eficaz, debes tener muy en cuenta los apósitos para callos de Salvelox. Estos apósitos contienen ácido salicílico (40%), un componente muy conocido y probado para quitar los callos en los pies. Se venden en farmacias y, además de ayudar a eliminar el callo, también actúan:
Por otro lado, nuestra crema Foot Rescue All in One Cream también resulta muy efectiva como tratamiento para los callos, ya que la acción combinada del 1,5-Pentanodiol, de la Artemisia Abrotanum y de otros ingredientes, permite la retención del agua y crea un microclima perfecto para curar los callos. Además, tiene propiedades hidratantes y antifúngicas.
Hay varios remedios caseros que podrían ayudarte a aliviar el malestar. A continuación, te presentamos algunas opciones que podrías probar en casa:
Llena un recipiente con agua tibia y añade sal. Remoja tus pies en esta solución durante 15-20 minutos. La sal puede ayudar a ablandar la piel dura de los callos o bien usando una piedra pómez, facilitando su eliminación posterior.
Empapa un trozo de algodón en vinagre de sidra de manzana y colócalo sobre el callo. Luego, envuelve el área con una gasa o venda y déjalo actuar durante la noche. El ácido acético presente en el vinagre de sidra de manzana puede contribuir a ablandar la piel dura.
Prepara una pasta espesa mezclando bicarbonato de sodio con agua. Aplica la pasta sobre los callos y masajea suavemente en movimientos circulares durante unos minutos.
Luego, enjuaga y aplica una crema hidratante. El bicarbonato de sodio puede ayudar a eliminar las células muertas de la piel y suavizar la callosidad.
Corta un trozo de limón y colócalo sobre el callo. Envuelve con una venda o gasa y déjalo actuar durante la noche. El ácido cítrico del limón puede ayudar a ablandar la piel dura.
Tritura unas cuantas aspirinas y mézclalas con un poco de jugo de limón hasta obtener una pasta. Aplica esta pasta sobre el callo, cubre con una gasa y déjala actuar durante la noche. La aspirina contiene ácido salicílico, que puede ayudar a ablandar los callos.
Recuerda que estos remedios caseros pueden ser útiles para aliviar los callos, pero si experimentas problemas de dolor intenso, inflamación o complicaciones, es importante que consultes a un profesional de la salud pues son actividades que pueden afectar tu piel al momento de quitar callos.
Ante cualquier duda o agravamiento de las callosidades, es conveniente que acudas al podólogo/a para que compruebe el estado y la salud de tus pies. Él o ella determinarán el tratamiento profesional adecuado para quitar los callos de los pies como, por ejemplo, una deslaminación de la piel del pie (también conocida como quiropedia).
Para evitar la formación de callos en los pies, es fundamental seguir ciertas pautas y rutinas:
Con estas pautas conseguirás mantener a raya los callos en los pies, ¡y podrás disfrutar de tus planes sin pensar ni un minuto en esta molesta afección!