Curar y cuidar heridas: tratamiento

Si se ha hecho una herida, es importante que la trate correctamente. La herida debe limpiarse y mantenerse húmeda y protegida.

Cómo tratar una herida

 Si se ha hecho una herida, es importante que la trate correctamente. La herida debe limpiarse y mantenerse húmeda y protegida.

Cómo tratar una herida y detener una hemorragia

Si la herida está sangrando debido a un corte profundo que haya dañado alguna vena o artería, es importante actuar rápidamente con un vendaje rápido que actúe para detener la sangre en la lesión y acudir directamente con un profesional para que pueda realizar la valoración de la herida.

En caso de que la herida no sea hecha por cortes profundos y sean arañazos o una quemadura ligeras que no ponga en riesgo la vida de la persona, siga los siguientes pasos en casa.

1.

En primer lugar, lávese las manos y la piel que rodea la herida para evitar que entre suciedad en ella. A continuación, limpie la herida aclarando la suciedad y las bacterias debajo de un chorro de agua tibia con un jabón suave o una solución salina, o con un líquido para limpiar heridas. Seque la piel que rodea la herida y déjela secar al aire durante unos minutos.

2.

El siguiente paso es proteger la herida limpia de la suciedad y las bacterias con un apósito. Elija un apósito de un tamaño que permita que la almohadilla cubra toda la herida. Lo ideal es utilizar un apósito que se selle herméticamente alrededor de la almohadilla y facilite así la curación húmeda de heridas. En un entorno de cicatrización húmedo, en lugar de seco y ventilado, los procesos de curación se aceleran y se reduce el riesgo de cicatrices e infecciones.

3.

Proteja la herida con un apósito hasta que haya sanado por completo, para permitir que cicatrice sin molestias y que esté a salvo de la contaminación exterior. Cambie el apósito por uno nuevo y limpie la herida a diario para garantizar que se cura correctamente y no está infectada (a menos que su médico le aconseje otra cosa). También debe cambiar el apósito si se ensucia o se moja. Es normal que la piel que rodea la herida esté un poco caliente e inflamada al principio, pero asegúrese de que la herida no esté infectada.

Más sobre la curación húmeda de heridas

El mayor mito sobre la curación de las heridas es que hay que exponerlas al aire para que se sequen. Por eso muchas personas creen que no necesitan un apósito cuando se lastiman. No se recomienda proceder así.

La investigación médica ha demostrado que las heridas se curan con mayor rapidez en un entorno húmedo que en un entorno seco y aireado, ya que las nuevas células se forman antes en el entorno húmedo, al tiempo que se reduce el riesgo de formación de cicatrices e infecciones*. En un entorno húmedo, las células de la piel migran más deprisa, lo que hace que la sanación de la herida sea más rápida (hasta dos veces más rápida). Además, no se bloquea la cavidad de la herida cuando las células de la piel migran para cubrirla y, por tanto, se reduce el riesgo de cicatrices. Este entorno permite también unas condiciones óptimas para que las células corporales luchen contra las bacterias, por lo que se reduce el riesgo de infección.

En otras palabras, las condiciones húmedas aceleran el proceso de curación de las heridas y reducen el riesgo de formación de cicatrices e infecciones. Para que se forme el ambiente húmedo, se requiere un apósito bien cerrado que cubra la herida. Utilice un apósito con un material que se adhiera bien en todos los lados de la almohadilla y que permita una transmisión equilibrada de la humedad a través del material. Asegúrese también de que la almohadilla cubre toda la herida.

*Winter GD. Formation of the Scab and the Rate of Epithelization of Superficial Wounds in the Skin of the Young Domestic Pig. Nature 1962; 193; 293-4

Lo que no debe hacer al momento de curar una herida

Los mitos sobre la curación de heridas han existido durante mucho tiempo, transmitidos de generación en generación y arraigados en la cultura popular. A pesar de los avances en la medicina y la ciencia, algunos de estos mitos persisten y pueden llevar a prácticas incorrectas o ineficaces en el cuidado de heridas. A continuación, mencionamos lo que no se debe hacer al momento de curar una herida.

«Dejar que la herida respire»
Este es uno de los mitos más extendidos. Se piensa que dejar una herida al aire libre acelera el proceso de curación. Sin embargo, esto no es cierto. Las heridas sanan mejor en un ambiente húmedo y controlado. Cubrir una herida con un apósito estéril ayuda a mantenerla limpia, protegida de la contaminación y proporciona el entorno adecuado para la curación.

«Aplicar alcohol o peróxido de hidrógeno para desinfectar la herida»
El alcohol y el peróxido de hidrógeno pueden ser útiles para desinfectar objetos o instrumentos, pero no se recomiendan para limpiar heridas. Estas sustancias pueden dañar las células de la piel y retrasar la cicatrización.

«Si una herida supura, dejarla abierta para que drene»
Cuando una herida supura, es señal de que está infectada. Permitir que la herida permanezca abierta puede empeorar la infección y retrasar la curación. Es importante limpiar la herida adecuadamente y consultar a un profesional de la salud para recibir tratamiento de antibióticos.

«Retirar la costra de una herida»
Cuando una herida está sanando, es normal que se forme una costra sobre ella. La costra actúa como una barrera protectora y ayuda en el proceso de curación. Intentar quitarla prematuramente puede abrir la herida nuevamente y retrasar la cicatrización.

Seguir las mejores prácticas médicas ayudará a promover una curación efectiva y reducir el riesgo de complicaciones.

Apósitos para la curación húmeda de heridas:

Salve’s Aqua Block plasters, Aqua Cover y Antibact Cover permiten la curación húmeda de heridas, aceleran su proceso de sanación y reducen el riesgo de formación de cicatrices e infecciones. Además, son totalmente impermeables y transpirables.  Antibact Cover es también antibacteriano para reducir el riesgo de infección. Estos apósitos y cubiertas son adecuados para la mayoría de las heridas y los retos más duros, por ejemplo, jugar al aire libre, hacer ejercicio, ducharse y nadar.

Fases de la curación de heridas

Durante el proceso de curación, la herida pasa por diferentes fases. He aquí una explicación simplificada de las tres fases de curación de heridas:

1. La fase de inflamación

La fase de inflamación comienza en el mismo momento en que se produce la herida. En primer lugar, el tejido dañado se enrojece, se inflama y se vuelve sensible. Los glóbulos blancos, las células de defensa del organismo, se acumulan en la zona. Los glóbulos rojos, la fibrina y las plaquetas forman un sello sobre la herida. Esta fase continúa de dos a cuatro días.

2. La fase de proliferación

Los glóbulos blancos comienzan a reparar el tejido dañado. Las células de la piel se dividen para poder crecer sobre el tejido dañado, mientras los nuevos vasos sanguíneos crecen dentro del nuevo tejido. Esto lleva desde unos pocos días a unas pocas semanas, en función de lo grande que sea la herida.

3. La fase de remodelación

La fase final puede continuar durante varios meses y, en algunos casos, hasta un par de años, dependiendo del tamaño de la herida. Durante esta fase, el nuevo tejido se va fortaleciendo. Los vasos sanguíneos que ya no son necesarios desaparecen y la cicatriz se aclara.

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