Qué debes saber si tu herida está infectada

Cortes leves, profundos, quemaduras, arañazos, rasguños, incisiones por una operación quirúrgica, laceraciones… Sea como sea la herida, existe riesgo de que se infecte y se convierta en una herida infectada con pus, por ejemplo. Una herida que supura o que tiene pus indica que no está curándose correctamente y puede derivar en otras complicaciones (que se propague a otras partes del cuerpo, entre otras).

Por ese motivo desde Salvelox, expertos en el cuidado de heridas, te contamos cómo saber si una herida está infectada, ayudándote a detectar los síntomas y las mejores curas para que sane lo antes posible.

Factores de riesgo para que se infecte una herida

Antes de contarte los principales síntomas que indican que una herida está infectada, debes saber que existen algunas causas que pueden hacer que la herida tenga más probabilidad de infección (por lo que, si es tu caso, deberás estar alerta para evitar que se infecte):

  • Tipo de herida. Las mordeduras (de humano o animal) y las heridas causadas por perforaciones (con un cristal, un hierro, etc.) pueden infectarse con más facilidad.
  • Curas. Si la herida no se limpia bien o no se trata en las primeras horas tiene más riesgo de infección.
  • Limpieza. Las heridas con suciedad (polvo, tierra, saliva u otras partículas) tienen más probabilidad de infección.
  • Lugar de la herida. Suelen tener más riesgo de infección las heridas que se producen en las manos (porque constantemente tocamos otras cosas), los pies, las piernas o en zonas con pliegues y roce de la piel (como las ingles o las axilas).
  • Otras patologías. Las personas con el sistema inmunitario debilitado, diabetes o enfermedades en que la cicatrización de las heridas es más lenta de lo habitual, también tienen más posibilidades de que un pequeño corte se convierta en una herida con pus o infección.

 

Síntomas de una herida infectada

Es normal que, al principio, la piel que está alrededor de la herida esté enrojecida y ligeramente caliente. Esto forma parte del proceso natural de cicatrización de la piel.

Pero al margen de eso, existen algunos signos que deberán alertarnos de que algo no va bien y que, probablemente, los microbios (bacterias, hongos, etc.) hayan entrado en la herida y la hayan infectado:

  • Enrojecimiento, hinchazón y/o calor en la piel de alrededor de la herida (más del habitual).
  • Cambio de color o tamaño de la herida. Una herida que sigue su proceso normal es de color rojo vivo, mientras que aquella herida que no cierra y supura es oscura y presenta rayas rojas.
  • Herida que supura pus. Esta es una secreción amarilla o verdosa, generalmente con mal olor.
  • Aumento del dolor en la zona de la herida.
  • Ardor en los bordes de la herida.
  • Picor en la herida.

 

En casos de infección más severa de una herida, estos síntomas pueden ir acompañados también de:

  • Malestar general
  • Vómitos y/o náuseas
  • Fiebre

 

Cómo cuidar una herida infectada

Si detectas que tu herida se ha infectado, lo primero que deberás hacer es limpiar la herida con desinfectante varias veces al día. También es muy importante que, antes y después de manipular cualquier herida, te laves las manos a consciencia para reducir riesgo de complicaciones.

Si al cabo de unos días de seguir esta rutina de limpieza los síntomas de infección no desaparecen, o bien si tienes fiebre o vómitos, debes acudir al médico para que valore la gravedad de la infección y prescriba el tratamiento adecuado, según el tipo y profundidad de la herida, la afectación de la infección, etc.

 

Cómo prevenir la infección de una herida

Para evitar que una herida llegue a infectarse, es muy importante que las curas inmediatamente después de la lesión se hagan correctamente. Lo que buscamos es favorecer el proceso de cicatrización de la herida y reducir el riesgo de infección.

Para conseguir ese objetivo y prevenir que una herida no se infecte, deberás seguir estos 3 sencillos pasos:

1. Limpia muy bien la herida

En este paso de higienización de la herida, la dejaremos limpia y seca:

  • Lávate primero las manos y, a continuación, limpia la piel que rodea la herida, para evitar que entre suciedad.
  • Limpia la herida retirando la suciedad (con agua templada y jabón neutro, solución salina o producto para limpiar heridas).
  • Con toques muy suaves, seca la piel alrededor de la herida.
  • Deja secar la herida al aire durante unos minutos.

 

2. Protégela con el apósito adecuado

Una vez tengas la herida limpia y seca, deberás protegerla con un apósito para evitar que la suciedad vuelva a entrar y se infecte.

  • Deberás procurar que el apósito cubra toda la herida, para que la lesión esté 100% protegida.
  • Resistentes al agua, transpirables, de plástico, de tela, para piel sensible… ¿Qué apósito debo elegir? En Salvelox tenemos un extenso surtido de apósitos para el cuidado de las heridas ante cualquier necesidad y ocasión, por lo que te animamos a que busques el apósito que tu herida necesita y así evitar que esta se infecte.

 

3. Cambia el apósito y limpia la herida a diario

Durante todo el proceso de cicatrización y cura de una herida, necesitarás seguir las pautas de higiene y protección también en los días posteriores a la lesión (recuerda lavarte las manos siempre antes y después de tocar la herida):

  • Hay que limpiar la herida a diario, para eliminar cualquier suciedad o bacteria que pueda haber.
  • Debes cambiar el apósito que protege tu herida también cada día, para controlar cómo evoluciona y que no hay síntomas de herida infectada.

Siguiendo estos pasos y sabiendo cómo detectar si una herida está infectada, tu herida estará siempre limpia, manteniendo las infecciones de microbios y/o bacterias al margen.

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