Ojo de gallo: qué es y cómo tratarlo

El heloma interdigital, conocido popularmente como “ojo de gallo” u “ojo de pollo”, es un tipo de callo que aparece entre los dedos de los pies como consecuencia de la fricción que ejercemos sobre ellos Desde Salvelox te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta afección bastante frecuente: qué es exactamente, cuáles son sus síntomas y por qué aparece, así como la forma de prevenirlo y combatirlo. Deja de buscar, la solución al ojo de gallo está en este post. ¡Toma nota!

 

 

¿Qué es el ojo de gallo?

Como hemos comentado al inicio del artículo, el heloma interdigital, ojo de gallo o callo interdigital, es una acumulación de queratosis localizada en una zona en concreta, normalmente entre el cuarto y el quinto dedo del pie. Es decir, es una lesión con unos bordes perfectamente definidos que crece hacia las capas más profundas de la piel del pie. Este rasgo lo diferencia de las de los pies, ya que estas son mucho más superficiales.

El ojo de gallo se caracteriza por un engrosamiento de la piel en forma de una protuberancia circular y dura. Son callos muy duros que tienen una apariencia similar a un núcleo central rodeado de piel engrosada. La lesión se forma como una respuesta protectora del cuerpo ante la presión o la fricción repetida en esa área.

Principales síntomas del ojo de gallo o heloma interdigital

Ahora que tenemos clara su definición, veamos cuáles son los síntomas más característicos de lo que también se conoce como heloma interdigital:

  • Se ubica entre los dedos de los pies, normalmente entre el cuarto y el dedo meñique.
  • A diferencia de otro tipo de , suele causar molestias o incluso puede llegar a ser bastante doloroso, en función de la zona en la que se encuentre y la profundidad.
  • La lesión tiene una forma redondeada y los bordes están muy definidos.
  • Tiene una coloración oscura, tirando a un tono amarillento.

Si te reconoces en estos síntomas, desde Salvelox -expertos en el cuidado y la salud de los pies- te aconsejamos que acudas a un especialista, para que te confirme el diagnóstico y puedas combatir con éxito y cuanto antes el ojo de gallo.

 

¿Cuáles son las causas del ojo de gallo?

El ojo de gallo o heloma interdigital, aparece por la presión y fricción constantes de los huesos de los dedos de los pies. Es una lesión que se origina por una forma inadecuada a la hora de andar y, en especial, por el uso continuado de un calzado demasiado estrecho o zapatos de tacón, que promueven que los huesos de ambos dedos se compriman y se rocen de forma continuada.

Pasar demasiado tiempo de pie o una alineación incorrecta del hueso también pueden derivar en este tipo de afecciones. Además, las personas que padecen ciertas patologías en los pies (juanetes, dedos en garra, maza o martillo), son más propensas a sufrir el ojo de gallo. La falta de hidratación es otra de las causas más comunes que promueven la aparición de los helomas plantares.

 

¿Cómo prevenir la aparición del ojo de gallo?

Como muchas afecciones de los pies, el heloma interdigital puede prevenirse si se sigue una higiene adecuada, haciendo especial énfasis en el secado entre los dedos. Asimismo, tal y como te explicamos en el post “”, es indispensable hidratarse diariamente la piel de los pies. Para ello, te recomendamos Foot Rescue All in one cream, una crema reparadora para pies con una fórmula única y patentada con 1,5-Pentanodiol, un ingrediente activo con gran capacidad hidratante.

Como seguramente intuyas, también es muy importante que emplees un calzado ergonómico y cómodo, para que el pie no esté oprimido y no se produzca ningún tipo de fricción. Por lo tanto, te recomendamos que huyas de los zapatos excesivamente estrechos. Tampoco es bueno que uses el mismo calzado durante meses, intercálalo con otros pares de zapatos, puesto que si existiera algún tipo de roce no se produciría siempre en el mismo sitio.

Zapatos recomendados en el tratamiento del ojo de gallo

El zapato a utilizar debe ser cómodo para la persona que lo usa y no producir ningún dolor al caminar poe eso debes probártelos en la zapatería antes de comprarlos. Es muy importante que este calzado tenga un contrafuerte bueno, es decir que le dé a tu pie una buena sujeción al talón.

Siempre es importante que el tacón no exceda los 4 cm y que éste sea ancho y con la punta redonda, de manera que el zapato no comprima los dedos.

Como parte del remedio para el ojo de pollo, tu zapato no debe doblarse desde la punta al talón, sino que debe tener un arco que le dé resistencia desde la parte posterior hasta la anterior.

En Salvelox siempre recomendaremos que el zapato abierto esté sujeto al menos por una tira por la parte de atrás, debido a que los dedos del pie suelen tratar de sujetar el zapato al realizar un movimiento de reptación y es en este momento cuando hay una sobrecarga en la parte del metatarso.

Cuando el calzado va sujeto, incluso solamente por la parte de atrás, la carga se reparte y no se fuerzan los dedos lo que contribuye a que las zonas donde está el ojo de pollo estén protegidas y sean efectivos los remedios aplicados a la zona.

Tratamientos frecuentes para el ojo de gallo

Antes de poner en marcha cualquier tratamiento te aconsejamos que siempre acudas a un especialista, ya que hay muchas patologías que pueden confundirse con el heloma interdigital u ojo de gallo. Es el caso de las verrugas plantares , originadas por el virus del papiloma humano (VPH), que si se trataran como un heloma plantar podríamos extender la infección. Dicho esto, los tratamientos más habituales para combatir el ojo de gallo son los siguientes:

  • Cirugía. Acostumbra a ser la última opción, siempre y cuando el/la podólogo/a no determine lo contrario. Se trata de una cirugía bastante sencilla, que consiste en limar los huesos que producen la fricción que ha causado el ojo de gallo. Es el tratamiento definitivo para el heloma plantar porque suprime las protuberancias óseas de forma indefinida.
  • Quiropodia. Es un tratamiento podológico que radica en la eliminación de callosidades, con el objetivo de evitar y prevenir las posibles fricciones que se generan, normalmente, del uso de un calzado inapropiado. En resumen, es un tratamiento imprescindible para suprimir las células muertas de la piel más superficiales, también conocidas bajo el nombre de hiperqueratosis o durezas.
  • Plantillas personalizadas. A través del estudio biomecánico de la marcha, el especialista averiguará cuáles son los puntos de máxima presión del paciente. Con el resultado del análisis, el experto determinará el tipo de plantillas que se necesitan para prevenir la aparición de helomas plantares a corto y largo plazo.

Diferencia entre callo y ojo de gallo

En Salvelox te explicamos las principales diferencias entre callo y un ojos de gallo en los pies:

Callo

Un callo es una acumulación de piel endurecida y engrosada en respuesta a la fricción o presión repetida. Los callos generalmente se forman en áreas de la piel que están sometidas a una presión constante, como los dedos de los pies, las plantas de los pies o los talones.

Aparecen como parches de piel gruesa, dura y amarillenta. Pueden ser dolorosos al presionarlos, pero generalmente no causan dolor constante.

Ojo de gallo (clavo o heloma)

Un ojo de gallo es un tipo específico de callo que se forma en la parte superior de los dedos de los pies, generalmente entre los huesos o en las articulaciones en el cuarto y quinto dedo del pie.

A diferencia de un callo común, el ojo de gallo es más pequeño y se caracteriza por tener un centro endurecido y puntiagudo que se parece a un núcleo o un clavo.

El centro del ojo de gallo suele ser de color amarillento o blanco. Esta protuberancia puntiaguda puede causar dolor intenso y puede sentirse como si tuviera un objeto extraño clavado en la piel.

En resumen, la principal diferencia entre un callo y un ojo de gallo radica en su apariencia y ubicación. Un callo es una acumulación de piel engrosada y endurecida en cualquier parte del pie, mientras que un ojo de gallo es un tipo de callo puntiagudo que se forma específicamente en los dedos de los pies.

Ambos pueden ser dolorosos, pero el ojo de gallo tiende a ser más incómodo debido a su centro puntiagudo.

Para finalizar, no olvides que para prevenir el ojo de gallo u ojo de pollo es indispensable que utilices un calzado cómodo y que evites fricciones continuadas, entre los otros consejos que te hemos enumerado anteriormente.

Por último, no olvides que para prevenir el ojo de gallo u ojo de pollo es indispensable que utilices un calzado cómodo y que evites fricciones continuadas, de entre otros consejos que te hemos enumerado anteriormente. Para ayudarte con esta tarea, desde Salvelox contamos con una gama de protectores y apósitos ideales para prevenir rozaduras, reducir la presión del calzado y la fricción. ¿Aún no los has probado?

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